
Hablaré del regreso de las vacaciones escolares.
De cómo las vivía yo.
Maestros, alumnos, se iban a sus casas.
Los maestros que vivían en el anexo, también.
Para esto, el primer dia laboral cuando regresaban de vacaciones, de julio y agosto a la escuela, se cortaban todos los aguacates del solar de la escuela.
Se llenaban varios baños de diferentes tipos de aguacate, del oloroso, redondo y grande, que por cierto, siempre le salían manchas negras, como lunares.
Era su piel muy delgadita, y el director de la escuela, profesor Jesús Briones Vázquez (q.e.p.d.)(ver foto ), no lo mandaba cortar, por el poder curativo de sus hojas.
El siempre pedía un te de ese aguacate oloroso, y mi abuelita, se lo llevaba diario, a la dirección, sobre todo en tiempo de frío.
Que es bueno, para taquicardias, anemias, algo tendrá, que el profesor siempre lo pedía.
El maestro, cuidaba mucho de su salud, cero refrescos, cero grasas.
Tomaba de un chocolate vitaminado, que tenía un señor, como atlas, al frente.
Y le daba a mi abuelita, frascos de esos para mí.
Muy rico y nutritivo.
Seguido traía pasteles, como los actuales naturistas, y bisquetes.
Y nos daba a mi abuelita y a mí.
Yo lo veía, subir las escaleras, del frente de la primaria “Expropiación Petrolera” imponente su estatura, muy derecho, con su sombrero gris de fieltro, ladeado ligeramente.
Sus ojos, con sus anteojos, de cristal claro, con arillo dorado. Sus zapatos, bien boleados, negros invariablemente.
Su ropa, de corte impecable.
Siempre de manga larga.
Y en tiempo de frío, con saco, ya sea de vestir, o de pana. Y su bufanda ancha que lo protegía en cuello y pecho.
Y en sus manos grandes, en ocasiones traía una bolsita de estraza, con quien sabe que golosinas, que al final de su jornada de trabajo, sobre su escritorio de lamina ponía y le decía a mi abuelita, y señalándome con la mirada, le decía, ahí les dejo eso.
Mi abuelita, le expresaba, muchas gracias, señor director.
Se ponía su sombrero, con una ligera inclinación de cabeza, y se iba, bajaba la escalera, tal como la subía, con prestancia.
Y yo, abuelita, ¡déjame ver! ¿Qué es eso?
¡Deja!
Que el director se suba al carro de sitio.
Hasta que atravesara toda la plaza, y hasta que lo viéramos subir al carro.
¡Eternidades!
¡Deja ver!
¡No! Aprende a tener paciencia, a no ser tan curiosa, y en eso, no faltaba quien le hablara al maestro en la plaza, se detuviera por breves momentos, eternos para mí.
Que entrañables recuerdos Marucha, y que bien has descrito al director. Me parecía verlo.
ResponderEliminarUn abrazo
En el blog Mis caricias del alma te he dejado unos detalles, seguro que entre todos ellos encontrarás alguno que te pueda gustar.
ResponderEliminarFeliz fin de semana!!
Un abrazo Marucha
Marí
Querida Marucha, que relato más bonito y más tierno este de tus recuerdos de la vuelta de vacaciones, que señor con una personalidad tan imponente y especial debió de ser el maestro y director D. Jesús Briones... yo recuerdo que a mí, de chica, me encantaba volver al colegio despues de las larguísimas vacaciones de verano que se me hacían eternas, fíjate, casi que prefería la escuela. La noche de antes del inicio al cole después de las vacaciones, apenas podía dormir de lo nerviosa, de la emoción... a la mañana siguiente iba a encontrarme con todas mis compañeras y con mi antigua maestra y con una maestra nueva, y con libros nuevos y clase nueva y lápices nuevos y cuadernos nuevos... me encantaba entrar en la clase con su peculiar olor a tiza, me encantaba salir a la pizarra a hacer algún prioblema o a poner alguna frase, también me encantaba salir al recreo (que era enorme, con muchos eucaliptos gigantescos) y jugar al pañuelito o a la comba o a quien la queda con mis compañeras !que recuerdos más hermosos, ¿verdad?!, y !cómo pasa el tiempo... si parece que fue ayer cuando era yo la que iba al colegio y ahora mi hija mayor ya está en el instituto!
ResponderEliminarComo siempre, me ha encantado tu relato, Marucha
Un besote, por supuestisimo, de los gordos
Gata Coquetius, recibe un abrazo en este día que se nos vino un poco de frío, iré bien abrigada a recoger los presentes en tu blog.
ResponderEliminarGracias amiga,eres un amor.
apm, me gustaría que un día me explicarás que juego es el de la comba,y a quien la queda, porque no recuerdo que existieron esos juegos por acá.
ResponderEliminarA lo mejor, los conocemos por otro nombre.
Recibe un gran abrazo con mucho cariño.
verdial,traté de dibujarlo lo más exacto.
ResponderEliminarRecibe mi cariño.
¡Qué bonito relatas estos recuerdos! Yo, que no soy de allá, casi me imagino la época y a los personajes. Siempre es interesante leerte. Un saludo.
ResponderEliminarGRACIAS MARUCHA POR VISITAR MI CASITA Y DEJAR TU CALIDO COMENTARIO, SI CASI SIEMPRE LE TEJO ALGO A MI YADHIRA ELLA ES MI AMOR Y LO SERA POR SIEMPRE AMO A MI HIJITA, GRACIAS X TU AMISTAD, DESDE YA ME PUSE COMO TU NUEVA SEGUIDORA CON MUCHO CARIÑO AMALIA Y MI HIJITA YADHIRA
ResponderEliminarme recuerda a lo que mis hermanos mayores contaban del maestro del pueblo, que era bien considerado por supuesto por todo el mundo por sus conocimientos lo unico que en mi pueblo (bueno) el que nacimos mejor dicho, este señor recibia siempre regalos de los padres en agradecimientos por las enseñanzas que daban a sus hijos.
ResponderEliminarCon cariño
mari
Marucha, me alegra que hayas llegado al Sur también existe (http://www.elsurnuestro.blogspot.com), mas tengo la sensación que leiste otro post y no el dedicado a Identidad a través de nuestros modos de expresión... es el que dice: ¿Y EN TU PAIS COMO SE DICE?. Nos encantaría conocer algunas expresiones mexicanas al respecto.
ResponderEliminar¡besos!
Eva Magallanes,he viajado hacia tu blog-espacio,y me parece muy interesante.
ResponderEliminarBonita historia Marucha, recuerdos maravillosos que siempre rondan en nuestro interior. Gracias por visitarme y por el comentario tan lleno de ternuras. Te dejo un abrazo inmenso.
ResponderEliminarTu querías que desapareciera rapidito para empezar a investigar... pero la abuelita te ordenaba que te detuvieses en el intento, algo que seguro después has enseñado a los tuyos.
ResponderEliminarEl orden siempre prima entre las cosas en cualquier momento y edad de la vida, es algo que no puedo pasar por alto.
Un abrazo muy muy fuerte amiga.
Marí
Alma Mateos Taborda bienvenida a esta tu casa-blog.
ResponderEliminarRecibe un abrazo con cariño.
Gata Coqueta,amiga,es cierto, la disciplina se practica,asi se aprende.
ResponderEliminarTe mando muchos besitos.
Hola Marucha :)tus relatos tienen ese sabor de la experiencia que no se logra con los años...se logra con atesorar recuerdos maravillosos en la memoria.
ResponderEliminarLa abuelita y el profe.....estaba soltera la abue?hmmmm.
Y lo del té de aguacate nunca lo había escuchado...que buena nota. :)
LOLA CIENFUEGOS
MARUcha
ResponderEliminarCon un besito
RUGIDO
Rugido
Rugido forte
Rugido de Leão...
Leão verde, castanho ou amarelo
Animal...Rei...
Rei da selva...
Rei do Mundo...
Fazes inveja...
Fazes sofrer...
Mas és o nosso símbolo...
Símbolo nobre e corajoso...
E por isso...
Nós sofremos contigo...
Gostamos de ti...
Quando ganhamos...
E quando perdemos...
E no perder...
Ainda te queremos mais...
Pois aí sentimos o carinho...
De te confortar...
De te pagar devagarinho...
E dizer-te baixinho...
Amanhã, vamos ganhar!...
LILI LARANJO
MARUCHA, SIEMPRE QUE TE LEO, ES COMO LEER MIS HISTORIAS, BELLAS, LLENAS DE ESE RESPETO POR EL SER HUMANO, QUE YA NO SE CONOCE, Y ESA ABUELITA TUYA, QUE ERA TU SOMBRA...
ResponderEliminarTE ABRAZO MI AMIGA ENTRAÑABLE
Lola Cienfuegos,que no pienses mal,mi abuelita en ese tiempo ya estaba cerca de los 70 años; y no es la señora de esta foto.
ResponderEliminarLili Naranjo,gracias amiga por tu visita.
ResponderEliminarAbue fresca como las mañanas de mi país,pues sí,era mi sombra, lo malo es cuando yo "andaba de novia" de escunclilla,y donde quiera se me aparecía y me espantaba a los novios.
ResponderEliminarMy querida Marucha. Muy bonito el relato, tienes una memoria extraordinaria,lo cuentas con todo detalle, hasta parece que puedo oler el chocole y saborearlo, muy sabio ese señor que sabía cuidar de su salud y de la vuestra.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte.
Ambar.