Latidos de cariño y afecto que nutren al Alma.Gracias por su visita.

jueves, 16 de julio de 2009

Dos grupos,un salon ( d )

Y me regreso al salón de actos, y a su patiecito trasero o callejoncito, donde aventábamos nuestros trofeos de guerra, obtenidos en nuestras escaramuzas infantiles.
Nos gustaba ahí, porque las dos puertas del salón de actos, daban al patio grande del lado izquierdo de la escuela.
Y cuando empezábamos con los reclamos, de un lado y otro, ¡entrégame lo mío !
¡Bueno, pero tu también entrégame lo que me quitaste!, estábamos en el brete, de tener que dar toda la vuelta al salón de actos.
Cuando ingresaba alguno de los dos maestros responsables del salón de actos, empezaban las quejas…
Los de aquel grupo, nos hicieron esto y aquello.
Y los del otro grupo, replicaban, pero ellos empezaron.
Y el maestro;
¡Ya!, ¡cállense!
¡Y pónganse a trabajar!
Y de nuevo la alegata;
Yo no puedo, me aventaron el lápiz.
Yo tampoco, no encuentro mi cuaderno.
Y risitas, y más risitas.
Si el maestro era blando, de inmediato escogía unos cuatro chamacos, que fueran por todo lo tirado al exterior del salón.
Si quería escarmentarnos, repartía pedacitos de lápiz, de los que los chamacos no quieren usar, por lo trabajoso de agarrar esos cabitos, y de cualquier cuaderno viejo, que alguien hubiera abandonado tiempo atrás, en una repisa que había en una esquina del salón ,repartía hojas para que trabajaran aquellos que no tuvieran cuaderno.
Se hacia el silencio.
Empezábamos a trabajar cabizbajos.
Pensando en nuestras cosas afuera.
¿Y si algún alumno de otro salón, pasaba agachadito por fuera, para que no lo viéramos, y se llevaba nuestras cosas?
Y empezábamos…