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viernes, 13 de noviembre de 2009

¿ En tu niñez tú creías en la cigüeña?



Yo, como pacientita de la partera y enfermera del pueblo , porque mi abuelita, por todos lados le buscaba la salud a mi cuerpecito, me tocó ocupar tanto las instalaciones de madera, como las nuevas.
Y el mirar tantos rostros de madres, estrenando bebé, yo deseaba un dia ver llegar a la cigüeña; con ese engaño dulce, mi abuelita me llevaba a rastras, cada que necesitaba los servicios de doña Irma Gutiérrez.
Yo decía, no abuelita, esa cigüeña, no ha de existir.
Nunca la he visto. Y vaya que voy seguido a la clínica de doña Irma.
Y buelita, me enseñaba unos libros, con estampas de las cigüeñas.
¡Pero aquí no se ve que carguen bebes!
Y buelita me decía, ¿pues que no ves a los bebes en esa clínica?
Llegan las madres sin bebé, salen con bebe.
¡La cigüeña! anda, vamos a que te inyecten, y un dia la veras.
Y casi llegando a la clínica, mi abuelita, hacia la finta, ¡ahí va la cigüeña!
¿La viste?
¿Dónde?, ¿Dónde?
¡Uh, ya se fue!
Eso te pasa, porque vienes renegando, en lugar de pelar bien los ojos, entonces para que los quieres, ¿para venir llorando?, si solo es un piquetito de mosco.
Cuando estaba entre 1 ro., y 2do. Grado de primaria, me reunía con chiquitinas, nos metíamos entre la pared del foro, y una tela mallacorla, del solar del dr. Cantu.
Bien apretadas, que apenas cabíamos en ese como callejoncito, en intimidad.
Eso nos envidian los hombres a las mujeres, el chismorreo, llegamos a cualquier lugar, y al rato, ya estamos en confiancitas, el hecho de ser mujeres, nos da esa credencial, de tu y yo, podemos hablar el mismo idioma, desde muy pequeñas, somos mas abiertas, para preguntarnos de todo, a sabiendas, que ni a su hermano, se lo van a contar, ¿porque somos mujeres pues?; o si vamos al baño, ahí vamos, con otra de cuatacha,o el, vamos a peinarnos, y es solo, para ponerse uno de acuerdo en algo, de importancia, como que pedimos de comer, o de aquí, a donde le pedimos a los maridos que nos lleven, ya me imagino, a un hombre pidiéndole a otro hombre, vamos al baño, a…,pues no, eso sólo es prerrogativa de la mujer ,vamos ganando, de todo a todo, mujeres de principio a fin.
Y seguimos disfrutando, que nos llamen el sexo débil, pero vamonos mas despacio, ya conozco, a varios varones, que se han herniado, porque nosotras, de mujercitas mulas, les pedimos con voz melosa, que hagan de todo, baja aquello, que está bien alto y pesado, carga esto, ¿como que pesa?, y aquí si, levantamos la voz, para que se apene, y no se atreva a negarse al favorcito, de herniarse, para hacerle un caprichito a una mujer.
Y de pilón, en sus camas, de hospital preguntan porque señorita enfermera, hay más hombres herniados, que mujeres.
¿Que les decimos?, es que ustedes, son mas débiles, pero de sentimientos; pues no, físicamente, pues no, ¡uy!, a ver que hora se darán cuenta…de que no son Superman.
No hay que ser así, hay que cuidarlos, tan lindos que son, con su aire, del fuerte de la casa.
Bueno, en lo que estaba, en confiancitas, en como desde chiquitas, nos reunimos para saber un poco mas de aquello o de lo otro.
Ahí, entre el follaje, de unas matas de tulipanes, de flores rojas, de los cuales yo me comía sus pistilos dulces; mis amigas y yo, tratábamos de adivinar eso de los bebés.
Salió una con la novedad, que su mamá se había aliviado hacia poco, y que de entre sus piernas, había salido su hermanito.
Como se le vino de improviso, ahí en su casa lo tuvo.
¡No puede ser!
¿Y la cigüeña?
¡Puro cuento!
Yo escuchaba embobada, eran tiempos en que no se hablaba de esas cosas, y todo eran conjeturas entre chiquillas.
Pero cuando nuestra amiguita dijo, salen, por donde sale la pipi.
Yo no me aguanté y espete, el ¡no es cierto!, si ni la popo puede salir por ahí.
¡Como crees que un bebe!
Y todas reímos de la que estaba con nuevo hermanito.

(en la foto está mi hijo,de cuando era un bebito)