Claro que disfruté vivir en la escuela "Expropiación Petrolera" de Pueblo Viejo, Veracruz.
Con todo y su carga de trabajo.
Los maestros, eran libres de mandarme a hacer pagos aquí y allá; y lleva esto, y necesito esto. Pero, me gustaba el ambiente de la escuela.
Sus murmullos, incluidos los de los alumnos, los de los pichones, y todo, todo lo que hacia a ésa escuela tan especial.
Cuando cada ocasión de festejos, cómo de dia de madres, del maestro, del soldado, que porque se acerca navidad. Siempre, se viste de un modo, y de otro a los salones, a las paredes, a la escuela, que se vea de fiesta.
Y los maestros, andan presurosos, y los niños, jubilosos.
Y los ensayos de tal o cual bailable, o de la cuerda, o de los concursos de deportes ¡no me aburrían!
Acercándose navidad, los maestros encargaban a cada niño una esferita, de las de antes, de vidrio delgado y color liso.
Las comprábamos en las tienditas del pueblo, envueltas en sus cucuruchos de papel periódico.
Y los árboles de navidad, algunos eran troncos secos de arbolitos, engalanados con mucho algodón, simulando nieve, o se hacían hechizos de conos grandes de cartón, forrados, de sopa de moñitos, pintados estos de aluminio.
O en las paredes, se dibujaba un pino, y luego, cada niño, aportaba tarjetas viejitas de navidad, y todo muy alegre, se vestía a ese pinito de la pared.
O de estropajos de fierro, se desdoblaban, y se hacían campanas, con una esfera como badajo. Cada año era diferente el preparativo navideño.
Y mi papá, y mi mamá, me mandaban regalos.
Primero, el cartero, me traía una tarjeta, con el aviso de un paquete en el correo.
Ir con abuelita, por el camino, que corría desde lo que era la caseta publica de teléfonos, que era atendida por una señorita; entre esa caseta, y la iglesia, de la Purísima Concepción.
En ese caminito de tierra, había infinidad de flores, pájaros, casas alegres llenas de luz, mariposas, el solo recorrerlo, era una aventura.
Como a 6 cuadras, de la plaza, daba uno vuelta a la izquierda, a topar la calle que venia del monumento a Cuauhtemoc, en esa esquina, cruzando la calle, el edificio de un solo piso, de material, era la oficina de correos.
Se usaban en ese entonces, unas brochas y pegamento, que creo que era de la corteza de lo que escurre en los árboles de nogal, así, de ese color vidrioso, era el color del pegamento áquel, que estaba en unos botes en correos; eran para cerrar los sobres y pegar estampillas.
Recuerdo, que nosotras siempre, mandábamos cartas y cartas.
Y papá, la letra de sus cartas.
Remarcaba una y otra vez, sus letras.
¿Con inseguridad?
Mi papá, habla a tramos cortos, y se regresa de continuo en lo que dice, y repite otra vez, buscando en su mente lo más adecuado a decir, precavido, como abuelita.
No papá, no le perdió nada a abuelita.
A lo mejor, refinó en algunos defectos.
Pero nadie es perfecto.
Y yo lo quiero así, tal como es.
Y me daban unas cajotas de ensueño.
Enormes, como las de las televisiones actuales de 29 pulgadas.
Y en el camino a casa, pesaban las cajas.
A poco a poco. Llegamos a casa.
No importaba; que vieran que mi papá, se acordaba de mí.
Que habían ido al otro lado (E.U.), y escogido papá y mamá, regalos navideños para todos.
Y yo estaba siempre en esa lista.
Yo contaba en esa lista como hija.
Y tal vez, solo en esa lista.
Al llegar a casa, abrir semejantes cajotas, contenían muñecas que hablaban, que caminaban, que tomaban mamila y tenían un hoyito para hacer pipi. Juegos de te, estufitas, cajitas musicales, muñecos inflables. Ropita para muñecas, perfumes, talcos y tantas cosas, para mis muñecas.
Se que escogían lo mejor para mi; escogían lo mejor, con el pensamiento, ella está muy sola, sola con su abuelita.
Pasara navidades y años nuevos, y cumpleaños sola.
Pero ahí le van regalos, y regalos.
Y ponía mis juguetes, en filita, en la cerca, donde pasaban los pobladores del pueblo, con sus hijos de la mano.
Y chuleaban las muñecas. Y me decían, para halagarme, la muñeca se parece a ti.
Y si eran grandes las muñecas, creíamos que tú eras la muñeca.
Pueblo Viejo, es prodigo en piropos cariñosos a los niños.
Y las niñas comentaban a sus padres ¡yo quiero unos juguetes como los de esa niña!
Y yo pensaba, ¡yo quiero unos padres como los tuyos!
Unos padres, que estén cerca,que cada mañana despiertes,y los veas.
Me acostumbré a mirar con el Corazón y el Alma.
Precioso relato, Marucha. ¿Es tuya la foto?, me parece que sí, porque estás muy guapa. Qué pena no estar con los padres en su momento, pero si es para tu bien futuro, hay que agradecérselo. El papel de la abuelita, como siempre, maravilloso. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarMe ha emocionado leer estos recuerdos tuyos de la infancia. Están llenos de ternura y de cariño. Preciosa esta entrada. Un saludo.
ResponderEliminarDon Fernando,si soy yo, y gracias por lo de guapa,mi abuelita siempre me decía,lástima que estás bien fea.
ResponderEliminarEs que era un modo de tenerlo a uno a raya,que uno no fuera a andar de coquetilla.
En la foto, tendría unos 8 años y mi abuelita me cortaba el cabello cada mes.
Hasta los 18 años fui a un salón de belleza????
Arobos,muchas gracias por tu visita.
ResponderEliminarQue pases un domingo precioso.
Hola, Marucha:
ResponderEliminarCuántos recuerdos nos dejaron aquellas escuelas de antes, cuando la vida era más apacible y nos amañábamos en ellas.
Entrañable la fotografía,
Abrazos.
Rafael Lizarazo,amigo,que bueno es recibir tu visita en este domingo.
ResponderEliminarRecibe un gran abrazo.
Marucha, siempre un placer leer la añorada historia de tu niñez.
ResponderEliminarParece que son tiempos, como dice mi padre, de oro; me hubiese gustado estar ahí y darle un vistazo. :)
Un Beso enorme.
Max.
hola!
ResponderEliminargracias por tu visita a mi blog, un gusto conocer el tuyo... no cabe duda siempre hay recuerdos que nos marcan para siempre... un relato que me lleno de nostalgia..
saludos!
Nada más entrara en cuanto he visto la fotografía ya me dije esta es ella, y creeme que eres preciosa, aunque la abuela era inteligente y cortaba subidas emocionales...
ResponderEliminarLa mayor suerte es haber estado con ella pensando que tus padres estaban lejos, la mejor cuidadora la madre de tu madre me supongo que así seria.
Me imagino la tristeza que sentirías esos días tan señalados cuando veías a los demás niños con sus padres, tu tenias los juguetes a cambio pero lo material nunca llena el cariño de las ausencias.
Y doy por hecho que a tus hijos nunca los dejarías con nadie, aunque los tiempos ya son diferentes pero los recuerdos quedan grabados que no abandonan jamás.
Otro día que la entrada me ha encantado, acercando mis recuerdos también...
Un beso y un abrazo con afecto.
Marí
amigaaaaaaa todo ok? mira no soy quien para defenestrar la filosofia aun se sigue analizando que es la nada,que surge con el existencialismo frances,Sartre y su mujer...
ResponderEliminary el todo lo dejo a la teologia...porque vendria a ser Dios...y yo no tengo creencia alguna,respetando el islam y demas, iglesias que hay por el mundo...
gracias por estar ahi!
lidia-la escriba
Lidia,gracias por tu visita, y el todo y la nada son circunstanciales,y la filosofía y la religión aún es mucho lo que la humanidad debemos de saber,conocer,descifrar.
ResponderEliminarRecibe un gran abrazo.
!Oh, que bonita entrada Marucha!, !qué entrañable y tierna pese a la nostalgia de no tener a tus padres contigo en Pueblo Viejo!. Me ha encantado como expresas de bien esos sentimientos, y parece que pueda verte cargada con las cajotas llenas de regalos preciosos, y con una mirada de nostalgia al ver a tus lindas muñecas todos los días pero no ver a tus padres con los ojos todos los días, y tener que aprender a verlos con el alma y con el corazón... enternecedor Marucha, precioso, de una ternura emocionante, infinita.
ResponderEliminarTu foto en la entrada es chulísima: una niña bien guapa que eras, de verdad
Un besote enorme, ya sabes, de esos gordísimos y sonoros
Bellos recuerdos. Un gusto leerte. Te dejo un beso desde Monterrey, cuidate.
ResponderEliminarHOLA QUERIDA MARUCHA SOLO HE VENIDO A DESEARTE UN:
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Y QUE DIOS BENDIGA TU VIDA PARA SIEMPRE, TE DEJO MI CARIÑO, UN ABRAZO Y BENDICIONES CON AMOR....LUZ ESTRELLA
Hola Marucha muy linda la historia, pero la alegria de difrutar a tu abuela debe ser algo único, un beso grande Susana
ResponderEliminarEntrañable y triste. Me ha apenado mucho la frase final.
ResponderEliminarSabes, en varias ocasiones me extrañé que nunca mencionaras tus vivencias al lado de tus padres, siempre era tu abuelita la protagonista. Hoy he entendido.
De cualquier forma, por tus escritos, se intuye una infancia muy feliz, recordada con nostalgia.
Un abrazo
hola amiga en mi blog el castillo de mis regalos:http://regalitosconamor.blogspot.com/ hay un regalito para todos mis amigos puedes pasar, por el cuando gustes te dejo mi cariño, un abrazo y bendiciones con amor....luz estrella
ResponderEliminarestas muy guapa en esa foto, se te reconoce de inmediato, sacas tus memorias al aire que da gusto de leerlas, nostalgia, melancolia, memorias dulces, memorias amargas, todo es parte de la historia de nuestra vida, no peres nunca de escribir, sigue.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ambar.
Ambar ,gracias por tus palabras
ResponderEliminarLuz Estrella,te voy a extrañar mucho.
ResponderEliminarVerdial,tus comentarios siempre son muy profundos.
ResponderEliminarGracias por estar.
Gata Coquetius,que linda eres y tus mails,y tu blog,eres todo un encanto.
ResponderEliminarAbu Su, ¿y tu proyecto del que te eche tantas porras ?
ResponderEliminarRecibe muchos besos y abrazos.
Poetiza, amiga,¿ como está la Sultana del Norte ?
ResponderEliminarGracias por tu visita.
¿ has venido a Tampico y a ciudad Madero?
¿a la playa de Miramar?
ya viene Semana Santa y muchos regios nos visitan.
La playa queda de no poder entrar vehiculos en horas pico.
Recibe un abrazo.
apm,me tienes atrapada con tus cuentos,relatos y tantas historias,que me dejan con el ojo cuadrado.
ResponderEliminarRecibe muchos besitos.